viernes, 1 de agosto de 2014

¿Es acaso el demonio el maligno? ¿O es la perversión quien lo hace caer en tentación? La bella doncella de oro que con sus curvas tienta a la oscuridad. Y el dueño de la noche que curioso desea ver más allá. Oh! pusilánime incubo que todo lo deseas. Inquietante mirada sin luz del poseedor del ardiente falo. Ah! brillante súcubo que todo lo das. Perversa belleza muy bien instruida en las artes amatorias. ¿Será un milagro del cielo o una desgracia del infierno? Porque tanto placer oculto no tendrá perdón cuando se abran las puertas de la líbido. Y caigan enredados en un espacio sin fin en un sólo cuerpo enraizado.