¿Puedo combatir una mirada escondida con una sonrisa sincera? ¿O unos labios apretados con un beso dulce? Dime si puedo derrotar una lágrima con una mía o si debo lanzar un torbellino de emociones a tus inquietos ojos para que dejen de ser fuente abierta de manantiales. Grítame una caricia en la mejilla, porque es lo único que me adormece y tranquiliza. Si lo haces, empujaré mi ser para que se pegue al tuyo y formar la obra de arte que una vez soñamos mirando el cielo azul violeta.
Dulce Cactus.
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